viernes, 22 de febrero de 2008

PARA QUE NUNCA SE REPITA Y SIEMPRE SE RECUERDE

La utilización generalizada y masiva de los bombardeos aéreos sobre ciudades indefensas fue, sin duda, una de las armas más terribles, eficaces y novedosas de la segunda guerra mundial, aunque ya en la guerra civil española fueron muy frecuentes y contundentes.
Los poetas y escritores que permanecieron en la zona republicana, que fue la afectada por los raids aéreos, reflejaron en sus versos las impresiones que estos lamentables sucesos les producían.

También el niño de catorce años, que era, en julio de 1937, Vicente Mojica Benito, y que sería más tarde uno de los mejores poetas alicantinos de posguerra se lamentaba de los daños causados por los aviones enemigos conducidos por “viles asesinos”, que estaban ayudando a los generales traidores que “para avanzar sólo un paso/necesitaban los refuerzos/ de Alemania en aviones/” y concluye diciendo que “más vale morir de pie/ que morir arrodillados y vitoreando a la mártir Bilbao, que estaba derramado su sangre en defensa de la libertad”.

El 25 de mayo de 1938, sobre Alicante, la ciudad de Vicente Mojica, se produjo un ataque aéreo al menos tan cruel e inhumano como el de Guernica, ese día más de trescientas personas fueron asesinadas en el mercado central de la ciudad.
Cuando habían pasado muchos años, en la década de los sesenta, Vicente Moijica recreó aquellos terribles instantes en un poema que decía:
Hoy
25 de mayo,
justamente a las once
en un día amanecido
como los días de esta primavera
inesperadamente, la ciudad,
se ha abierto como un fruto de muerte,
ha estallado
en llanto y alaridos
y en el azul violado de su cielo
han prendido
colgando hasta sus ruinas,
negros crespones de humo.
Desventurada ciudad mía,
hoy,
25 de mayo,
ha venido la muerte de puntillas,
te ha sorprendido
y ha hundido sus zarpazos en tu carne.
Hace sólo tres años, Miguel Ángel Pérez Oca publicó una novela titulada 25 de mayo: La tragedia olvidada, en la que describió el bombardeo de aquel infausto día diciendo: “Las bombas silbaban terribles y amenazadoras, mientras la sirena, ya tarde, comenzaba a ulular. Los fogonazos y el estruendo de las explosiones, el humo negro de color ocre, la polvareda blanca e irrespirable y el vuelo letal de cascotes y metralla irrumpían en medio de la confusión de la gente que se apelotonaba entre las puertas del mercado, pugnando por escapar de la muerte. Las tremendas explosiones, los alaridos de terror, las luces rojas y la confusión de las formas y los objetos en medio de la niebla de polvo y de sangre cegadora, reinaron por unos momentos interminables en los aledaños del Mercado Central de Alicante”.
Don Enrique Cerdán Tato, cronista oficial de Alicante, en un articulo titulado La masacre de los Savoia, publicado en la revista Canelobre. se refirió con estas palabras al recuerdo del trágico bombardeo: “el tremendo y vidrioso suceso reiterada e inútilmente se pretendió suprimir de la memoria de un pueblo que sufrió aquel día un ataque deliberado y frío, contra una zona urbana e indefensa, donde la muchedumbre se afanaba en realizar compras domésticas”
Al parecer esos intentos de amputar la memoria del pueblo de Alicante no han cesado hasta hoy, y en el mercado central de Alicante no existe un monumento memorial que recuerde dignamente a las más de trescientas victimas de la aviación fascista, sin que pueda considerarse que la insuficiente y la vergonzante cerámica que fue instalada sin ningún tipo de consenso cumple minimamente el decoro exigido por un sacrificio tan numeroso como injustificado.
La Comisión Cívica para la Recuperación de la memoria Histórica de Alicante, con objeto de remediar una situación tan lamentable, convocó un concurso de ideas para elegir la que posibilitase instalar en el edificio del mercado un memorial que fuese homenaje y recuerdo permanente para todos los que fueron tan vilmente asesinados, resultando elegida, por unanimidad, la presentada por la arquitecta Elena Albajar.
Obviamente, para hacer realidad este propósito es imprescindible la autorización municipal, y no queremos pensar que esta iniciativa sea recibida con idéntica actitud y tenga análogo resultado a otras que se propusieron al Ayuntamiento de Alicante, como la referida al Campo de Almendros, en este caso, cuando lo presentemos a la Corporación Municipal queremos pensar que el proyecto será aceptado y asumido con interés y muy pronto, en el Mercado Central de Alicante , podremos ver hecha realidad la magnifica idea de Elena Albajar y que este memorial contribuirá a que siempre se recuerde y nunca más se repita aquella tragedia.


Manuel Parra Pozuelo
Radio Alicante
Sábado, 23/02/2008

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