Los problemas familiares y de intendencia; la inquietud por los compañeros que habían quedado en España y muchos de los cuales fueron fusilados por los franquistas; la preocupación por el futuro que se iba complicando cada vez más: las dificultades para poner en comunicación a tantos compañeros dispersos en Europa y América, en unos años tan difíciles; los rumores; los pleitos entre el Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles (SERE), controlado por los afectos a Negrín, y la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), dirigida por Indalecio Prieto; la esperanza de un pronto regreso a la patria; la preocupación por la cultura; los malos entendidos y las rencillas personales son materia de estas cartas en las que aparece lo mejor y lo peor del ser humano, debido a lo excepcional de las circunstancias. No en vano, los republicanos españoles, como también diría Llopis, “llevamos sobre nuestros hombros la pesadumbre de una derrota inmensa”. Igualmente se publican una serie de anexos, con un interesante informe de Ginés Ganga sobre el final de la guerra en Cartagena, la relación de pasajeros que transportaban los diversos buques que salieron de Alicante en esas fechas, las negociaciones con las autoridades francesas para conseguir el desembarco de los pasajeros del Stanbrook, las gestiones para establecer la Oficina de Ayuda a los refugiados españoles en Orán, y un informe de la segunda mitad de los años cuarenta sobre los intentos de reorganización del PSOE alicantino en la clandestinidad.
Nota de prensa
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