Y no es por sus luces.
Cada vez más alejado del Ayuntamiento de Alicante, por el que apenas aparece, pero con una sucesora designada a dedo por él mismo, es decir con dos ojos aquí y dos allí, el casi perpetuo Alcalde de Alicante, señor Alperi, con ese exceso de autoritarismo que ha demostrado públicamente , dice haber ligado un repóker y exige, como si hiciera falta alguna justificación más que las demostradas por la historia, la firma de 25000 alicantinos y alicantinas para retirar del cuadro de honores de esta ciudad el título de Hijo Predilecto de Alicante, Alcalde Honorario Perpetuo y la Medalla de Oro de la Ciudad de Alicante al dictador Francisco Franco, ganando así la mano de esta partida sobre el tapete tricolor de la Explanada.
Mientras, Castedo, la Joker o comodín, mantiene la sonrisa en esta timba que ni le va ni le viene pero en la que hace de ojeadora y atisba las cartas del contrario, trampas.
Ahora es cuando los alicantinos y alicantinas tenemos que ir, es decir, seguir jugando con las cartas que tenemos o hacer algún descarte oportuno a sabiendas de que la experiencia del jugador contrario, el alcalde, y las artimañas de la joker, Castedo, dejen al descubierto que no tenemos más que una jugada posible, la de ir.
Esta vez, señor alcalde, no pasamos, Vamos y las vemos.
Pero de camino a verlas a uno , que no es experto en Leyes, se le plantea la curiosa duda existencial de si para que se cumpla una Ley ratificada democráticamente , la de la Memoria Histórica, es condición indispensable la recogida de 25000 firmas de alicantinos y alicantinas empadronados en esta ciudad.
Cada vez más alejado del Ayuntamiento de Alicante, por el que apenas aparece, pero con una sucesora designada a dedo por él mismo, es decir con dos ojos aquí y dos allí, el casi perpetuo Alcalde de Alicante, señor Alperi, con ese exceso de autoritarismo que ha demostrado públicamente , dice haber ligado un repóker y exige, como si hiciera falta alguna justificación más que las demostradas por la historia, la firma de 25000 alicantinos y alicantinas para retirar del cuadro de honores de esta ciudad el título de Hijo Predilecto de Alicante, Alcalde Honorario Perpetuo y la Medalla de Oro de la Ciudad de Alicante al dictador Francisco Franco, ganando así la mano de esta partida sobre el tapete tricolor de la Explanada.
Mientras, Castedo, la Joker o comodín, mantiene la sonrisa en esta timba que ni le va ni le viene pero en la que hace de ojeadora y atisba las cartas del contrario, trampas.
Ahora es cuando los alicantinos y alicantinas tenemos que ir, es decir, seguir jugando con las cartas que tenemos o hacer algún descarte oportuno a sabiendas de que la experiencia del jugador contrario, el alcalde, y las artimañas de la joker, Castedo, dejen al descubierto que no tenemos más que una jugada posible, la de ir.
Esta vez, señor alcalde, no pasamos, Vamos y las vemos.
Pero de camino a verlas a uno , que no es experto en Leyes, se le plantea la curiosa duda existencial de si para que se cumpla una Ley ratificada democráticamente , la de la Memoria Histórica, es condición indispensable la recogida de 25000 firmas de alicantinos y alicantinas empadronados en esta ciudad.
Sea como fuere y como decía, Alperi tiene repóker , y el PP de Alicante, pasa, el PSOE las ve, con lo cual quedamos nosotros, los alicantinos que somos, al fin, quienes tengamos que tomar la decisión de ir o pasar.
Esta vez, señor alcalde, no pasamos, Vamos y las vemos.
Y vamos como hoplitas espartanos, aun sin un Leónidas claro, cargando al brazo nuestras sarisas y nuestros aspis, para formar esta tropa de 25000 en el desfiladero de las termópilas alicantinas dispuestos, a pesar de todo, a plantarle cara a usted, Jerjes aforado y prepotente que se cree invicto e inmortal políticamente hablando.
¿De verdad no hay nadie en el PP de Alicante que le pare los pies a este hombre y su exceso de autoritarismo?. El silencio otorga a la actitud y aptitud de este hombre el grado de consentido de todos los componentes del PP de Alicante y esto, pasará cuentas más tarde o más temprano.
Es difícil de creer que entre los componentes del PP alicantino no haya ningún demócrata auténtico que critique seriamente la actitud autoritaria del Sr. Alperi, sin miedos y sin cobardías y diga públicamente lo que dice en privado.
Daniel Moya
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