jueves, 10 de enero de 2008

Cuando el silencio duele

«Dolorosa, dura, amarga, ofensiva y descortés». Así califican los miembros de la Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante la desestimación del equipo de gobierno local de la concesión de unos metros de terreno en el que levantar el Memorial del Campo de los Almendros.

Así, después de tres años de gestiones y la adjudicación de una subvención de 28.000 euros por parte del Ministerio de Presidencia para la construcción de dicho monumento, este grupo de ciudadanos ha visto cómo su petición ha quedado en nada.

Según el portavoz de este movimiento, Enrique Cerdán Tato, «dentro de este organismo, había gente más optimista y algo menos optimista respecto a la concesión de estos terrenos públicos por parte del Ayuntamiento de Alicante. Pero lo que nadie esperaba era el vacío y el silencio más absoluto del PP, que, sin argumento ni diálogo alguno, nos denegó la estimación».


Y es que, como explica Etelvina Andreu, la portavoz del grupo socialista del Consistorio alicantino -partido que llevó una moción al respecto al Pleno del pasado 21 de diciembre-, «el PP votó en contra sin discutirlo, sin dar motivos y sin dejar lugar a una intervención por parte de la comisión cívica. Fue una auténtica desfachatez».


El pasado 21 de diciembre, el alcalde, Luis Díaz Alperi, no dejó que ningún concejal de su grupo defendiera la negativa a aceptar la propuesta socialista y, lo más llamativo, tampoco tomó la palabra, como es su costumbre. Después, en privado trató de justificar ante algunos medios de comunicación que las obras de la avenida de Denia han impedido la cesión de los terrenos.


No obstante, lo que más sorprende a la dirigente socialista es que «en un Pleno de noviembre del 2004, el PP y el PSOE realizamos una moción conjunta que nos comprometía a ayudar e impulsar a la Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica, y ahora van y desaprueban el proyecto de este grupo».


El conocido como Campo de los Almendros es el lugar al que entre 10.00 y 30.000 republicanos fueron conducidos desde el Puerto de Alicante, desde donde intentaban escapar tras el fin de la Guerra Civil, por las tropas franquista. En estos terrenos, situados hoy cerca de la carretera en dirección Valencia, en La Goteta, a las faldas del monte de San Julián, los tuvieron hacinados durante aproximadamente una semana, hasta que los destinaron a diferentes campos de concentración.


Hoy en día, según Andreu, «este suelo es de titularidad pública catalogado como zona ajardinada. Para llevar a cabo la propuesta no haría falta cambiar la titularidad, ni el uso. No supondría un cambio de aprovechamiento del suelo ni produciría plusvalías. Es más, el Ayuntamiento no tendría que aportar ningún recurso económico ya que la Comisión Cívica ya tenía una subvención que lo cubría todo. Realmente, no había motivos para negarles la petición, por ello, el silencio fue su único argumento y respuesta».


En la misma línea se expresa el portavoz de Esquerra Unida en Alicante, Jose Antonio Fernández Cabello, quien afirma: «El desprecio que han mostrado con su silencio ha sido demasiado triste para muchas familias, que sólo pretendían recordar a sus fallecidos en ese lugar. Recordarlos es, pues, un tema de justicia porque olvidar a esas personas sería como volver a asesinarlas».


En relación con la polémica surgida en torno a la Ley de Memoria Histórica sobre la apertura o no de las heridas de la Guerra Civil, el portavoz de Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante asegura: «Este proyecto nunca ha pretendido denostar a nadie ni crear confrontación. Se trata, simplemente, de exaltar a aquellos hombres y mujeres».


Recordar sin heridas


El diseño del memorial planteaba ocupar un terreno de entre 100 y 80 metros cuadrados. En esa zona ajardinada se colocarían bancos «para que la gente pudiera pasear -dice Cerdán Tato-y sentarse a leer». Ahí mismo, se cavaría un pequeño desnivel de medio metro en el que se plantarían unos 30 almendros, «pues en la actualidad no queda ninguno y queremos que el nombre de este lugar, el Campo de los Almendros, vuelva a tener significado», añade.


En ese lugar, se colocaría una piedra de mármol de un metro y medio, donada por empresarios del sector, y pulida por una de sus caras, en la que se grabaría una frase resaltando el carácter noble de las personas que padecieron los estragos de la Guerra Civil. El texto diría así: «Éstos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides».


Según Enrique Cerdán, «se trata, en definitiva, de una obra que embellecería el paisaje, que no busca abrir viejas heridas ni nada eso y que, además, no le costaría un duro a nadie. Por todo ello, no entiendo la negativa del Ayuntamiento y, mucho menos, su hiriente y humillante silencio».


No obstante, a pesar de tener que devolver la subvención, desde la Comisión Cívica de Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante aseguran que no cesarán en su intento de crear ese memorial y que buscarán todos los métodos democráticos y legales posibles hasta conseguirlo.



La Verdad, Alicante
S. MARTÍNEZ
02/01/2008

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